EL AMOR ES COSA DE TODOS
El
14 de febrero fue el día de San Valentín. Este día está dedicado
principalmente a los enamorados y al amor en general. Aunque desde mi
punto de vista, el amor se demuestra todos los días y no sólo uno.
Este
día se celebra dado que el 14 de febrero del año 270 dc, el
emperador Claudio II mandó matar a Valentín, que se dedicaba a
casar a parejas en contra de las órdenes del emperador, quien había
prohibido el matrimonio entre jóvenes.
También
es cierto que Autismo Europa hace un llamamiento sobre este día,
para recordarnos que las personas con Trastornos del Espectro del
Autismo también tienen derecho al amor, a una sexualidad sana y a
tener relaciones afectivas. Este aspecto, durante mucho tiempo se ha
considerado tabú, declarando el sexo como algo malo, sucio, y con un
propósito reproductivo. A día de hoy, en menor medida, se sigue
considerando.
Afrontar
la sexualidad de las personas con diversidad funcional era visto de
una forma casi obscena e inmoral por mucha gente.
La
sexualidad es un derecho, y es nuestra obligación y la de los
padres, darle modelos y pautas adecuadas para que puedan disfrutar de
su sexualidad de una forma sana, enseñándoles la manera correcta
para que ni se hagan daño ellos mismos ni a otros, o para que no se
aprovechen de ellos. El
problema es que cuando aparecen las primeras manifestaciones sexuales
en la adolescencia se reprimen y no se enseñan los hábitos
adecuados. Si se educa en valores, en la responsabilidad y el
respeto, sabrán identificar situaciones y adaptar sus
comportamientos a una manera privada. Cuando sus expresiones sexuales
no son adecuadas no es por la diversidad, sino porque nadie se lo ha
explicado.
Pero
la ausencia de información adecuada tiene graves consecuencias.
Entre ellas, la transmisión de enfermedades, los embarazos no
deseados y, especialmente, los abusos sexuales, ya que la ignorancia
les hace víctimas fáciles.
(Algunos
estudios estiman que el 90% de las personas con discapacidad ha
sufrido abusos sexuales, aunque sólo se ha denunciado el 3% de
ellos.)
Cuando
hablamos del amor y la diversidad, uno de los puntos más dolorosos
que puede presentarse es el amor dañino. Que es el que en la mayoría
de casos, sucede. Aquel amor que por
un lado se basa en compasión y por el otro, en lástima. Esto en
nada favorece a un desarrollo amoroso saludable para la persona con
diversidad, provocando una relación de poder y subordinación hacia
ésta.
Cualquier
persona, independientemente de la diversidad que tenga, tiene derecho
y se encuentra capacitada para disfrutar plenamente, gozar y
construir una relación afectiva así como el intenso desarrollo de
su sexualidad.
La
sexualidad es una parte integrante de la personalidad de todo ser
humano, cuyo desarrollo pleno depende de satisfacer las necesidades
humanas básicas como así también el deseo de contacto, intimidad
emocional, placer, ternura y amor.
Una
persona con deficiencias visuales no podrá ver una mirada seductora,
pero sí podrá seducir con sus palabras. Una persona con
limitaciones auditivas no podrá susurrar al oído, pero podrá
coquetear con su mirada. Alguien que no pueda tocar con sus manos el
cuerpo de su pareja, sí podría acariciarlo con sus labios y de esa
forma cautivarlo, etc.
Si
a la palabra sexo le unimos la palabra diversidad, el resultado es un
tabú al cuadrado. Las personas con diversidad han tenido que superar
muchas barreras para disfrutar de sus derechos sexuales. Aún hoy, se
enfrentan a tabúes y prejuicios que limitan sus relaciones
afectivas.
Pensamos
que la diversidad no tiene sexualidad y no la aceptamos, pero en
realidad es algo súper natural en el ser humano.
Los
tabúes discapacitan más que el propio grado de discapacidad